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Traducción automática: Catorce cabezas que muestran distintos tipos de pelucas para hombre. El siglo XVIII fue una época de elegancia. Nunca en la historia europea hemos visto hombres y mujeres tan elaboradamente artificiales, tan alejados de su apariencia natural. Lo que no se podía hacer con el cabello natural se hacía con pelucas. Esta época fue una explosión extravagante de peinados sorprendentes, una reacción completamente opuesta al pudor y la timidez de siglos anteriores. A mediados y finales del siglo XVIII, las pelucas grandes, elaboradas y a menudo temáticas estaban de moda para las mujeres. Estas extensiones de cabello peinadas solían ser muy pesadas y estaban cargadas de pomadas, polvos y otros adornos. Las pelucas de los hombres estaban empolvadas para darles su distintivo color blanco o blanquecino. Las pelucas y extensiones empolvadas eran sucias e inconvenientes, y el desarrollo de la peluca sin polvo (hecha de crin de caballo) naturalmente blanca o blanquecina para hombres hizo que conservar las pelucas en la vestimenta cotidiana de la corte fuera una posibilidad práctica. Grabado en color de M. Darly, 1773
Fourteen heads showing different types of wigs for men. The 18th century was an age of elegance. Never in European history do we see men and women so elaborately artificial, so far removed from natural appearance. What could not be done with the natural hair was made with wigs. This epoch was an extravagant explosion of amazing hairstyles, a reaction completely opposed to the modesty and shyness of former centuries. In the mid-to-late 18th century, large, elaborate and often themed wigs were in vogue for women. These combed-up hair extensions were often very heavy, weighted down with pomades, powders, and other ornamentation. Men's wigs were powdered in order to give them their distinctive white or off-white color. Powdering wigs and extensions were messy and inconvenient, and the development of the naturally white or off-white powder-less wig (made of horsehair) for men made the retention of wigs in everyday court dress a practical possibility. Colord etching by by M. Darly, 1773.